
Nos acostumbramos a pensar que las personas cercanas a nosotros estarán siempre ahí y a creer que están bien, sin preocuparnos por averiguarlo; a esperar el día entero y finalmente oír en el teléfono: Es que hoy no puedo ir...”
- A ver cuándo nos vemos... - La semana que viene nos reunimos..."
A sonreír a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta. A ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos. Si el cine está lleno nos acostumbramos y nos conformamos con sentarnos en la primera fila aunque tengamos que torcer un poco el cuello. Si el trabajo está complicado, nos consolamos pensando en el fin de semana; y si el fin de semana no hay mucho que hacer, o andamos cortos de dinero, nos vamos a dormir temprano y listo,porque siempre tenemos sueño atrasado.
Nos acostumbramos a ahorrar vida... Que, de a poco, igual se gasta y que una vez gastada, por estar acostumbrados ¡ NOS PERDIMOS DE VIVIR !...
El tiempo no se puede atrapar, mucho menos almacenar; nuestra existencia transcurre a gran velocidad, pero mientras tengamos vida, tenemos la oportunidadde cambiar nuestros hábitos, de tener una mejor calidad de existencia,de aprovechar y disfrutar cada respiro, cada latido de nuestro corazón.
No trasformemos nuestra vida en una rutina inútil que nos haga infelices. Dios pone a nuestra disposición todos los elementos para ser seres felices, satisfechos y agradecidos por ese gran don (que es la vida), que con tanto amor nos ha sido otorgado.
La vida no hay que ahorrarla...
Hay que vivirla ¡ P L E N A M E N T E... BIEN!
Porqué sin saberlo la naturaleza de nuestra circunstancia, puede cambiar el giro de nuestra … vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario